lunes, 22 de diciembre de 2008

"Ya no soy NATI ahora soy un cinturón negro"

Ayer, veintiuno de diciembre de dos mil ocho, NATI tuvo su examen de DAN.
¡¡¡¡Sí, sí, ya soy cinturón NEGRO!!!!! lalalalalalalala.
Quiero agradecer a las siguientes personas que se bancaron TOOOOODOOOO el examen. Entonces muchas gracias a mis PAS, a GASTONCHO, a CLAUUUUU (qué pobre estaba re dormida y aún así vino ¡¡¡y filmó!!!), a NATS, a CACO, a LUD y FEDE ¡¡¡y el sobrinito!!! se portó como un señorito todo lo que duró eso ¡¡¡wow!!!
De verdad re re re re re re re re contenta, por ustedes, y bueno porque valió la pena. Quería cerrar esta etapa de colores para empezar la parte de los "danieles".

A continuación está la tesis que YO escribí y el queridísimo señor apellido de virus me dijo que estaba ¡¡¡sacado de un libro!!! ¡¡¡CUALQUIERAAAAA!!! No sé como tomarlo, ya está qué me importa... en fin, ahora "ya no soy NATI ahora soy un cinturón negro"... otra cosa que se le chispoteó (imagino) al que nos evaluaba.

TESIS: consigna
1. ¿Qué significa el taekwondo para mí?
2. ¿Qué beneficios me dio el taekwondo?
3. ¿Qué significa ser cinturón negro?


Comencé la práctica de este arte marcial cuando tenía catorce años de edad. Al principio con una amiga y luego continué yo sola. Solo iba por acompañarla hasta que me di cuenta que me gustaba y mucho.
Sentía que era un pasatiempo totalmente relajante. Al entrar al doyang todos los problemas se escabullían. Si bien, no eran muchos en aquel tiempo, pero hoy veintiún años de edad las situaciones son distintas y las responsabilidades otras.
El hecho de practicar taekwondo es fundamental para mi vida. Espero mucho las clases porque siento que es un momento en el cual los problemas desaparecen, ya que si no me siento bien en el sentido de que no puedo sacarme los problemas de la cabeza prefiero directamente no ir a la clase, porque sería en vano, no la disfrutaría y mucho menos la aprovecharía. Me parece que durante la clase debería estar únicamente concentrándome en lo que estoy haciendo, ya sea en una forma o en los ataques y ni hablar si estoy practicando frente a otra persona. Así es como prefiero permanecer durante la clase.
Por otro lado siento que el taekwondo me ha ayudado a finalizar siempre con lo que he empezado. Imagino entonces que hasta influyó en mi personalidad, que me hizo ver las cosas de otra manera, sin anteojeras que me hacían sentirme inferior a los demás. Porque sé que si uno quiere realmente algo lo puede conseguir. Es sólo cuestión de convicción, de ganas y de tener la suficiente voluntad para hacerlo y ser constante con lo iniciado. Es por eso que pienso que la actitud y mi forma de ser es otra luego de comenzar la práctica.
Entonces, rápidamente vienen a mí mente las primeras ventajas que me ha dado el taekwondo: tranquilidad, paz y relajación. Me ha ayudado muchísimo a liberar tensiones, a darme cuenta que TODO se puede si se quiere, incluso, me ha ayudado a sentirme conforme con mi propio cuerpo. Porque evidentemente no sería lo que soy hoy en día si durante estos años no le hubiese dedicado el tiempo a taekwondo ¿Quién diría que la “grandulona” y torpe de catorce años llegaría a ser cinturón negro algún día?
Me encontraba rodeada de chiquitos y por lo tanto era la mayor del grupo. No voy a negar que me daba algo de vergüenza, pero una vez que comenzaba a escuchar el dobok en movimiento dejaba de importarme. Aprendí a relacionarme con gente de todas las edades.
Dentro de ese grupo de “chiquitos” se encontraba Christian, quien fue otro regalo del taekwondo. Como dije en un principio, aprendí a relacionarme con él siendo éste cinco años menor y pude descubrir que era un gran compañero.
Ese compañerismo se convirtió en amistad. Todo se lo debo a este arte marcial, ya que Christian logró ver en mí ciertas cualidades que lo hicieron elegirme como su madrina de confirmación.
En estos casi siete años de practica he aprendido que el taekwondo no es sólo un pasatiempo en el cual sólo voy a descargar la ira o a liberar tensiones. Sino que además de ser la utilización científica del cuerpo en el método de auto defensa, es una herramienta que sirve para enfrentar las situaciones no favorables de la vida. Porque no sólo aprendemos a poner el puño o el pie en las diferentes técnicas que vamos desarrollando. Sino, que nos da las pautas para enfrentar la vida. A no darnos por vencidos ante la primera dificultad que se nos presenta, seguir luchando siempre y cuando consideremos que la causa es noble y justa. Porque vale la pena hacerlo. Distinguir entre el bien y el mal, ser educado y por sobre todas las cosas controlarse a uno mismo en todo momento. Porque sabemos que la vida está llena de obstáculos y de dificultades que nos complican la existencia, pero hay que respirar hondo, contar hasta diez y pensar por unos segundos antes de actuar de cualquier forma.
Durante el 2002 y lo que va del 2008 tuve la oportunidad de conocer a tres maestros. Hasta la categoría de cinturón azul estuve con el sabum Juan Ignacio Kurchan y siempre serán recordadas con cariño y nostalgia, ya que me marcaron –nada más ni nada menos- toda la primera parte de mi camino en el taekwondo. Supongo que aprendí muchísimo más en esos años, fueron los primeros y seguramente dejaron una impronta en mí.
Luego vino Martín Cabrera, que a pesar de las diferencias que teníamos; junto a él logré sacarme ese miedo que me causaban las “luchas” y sentir esa adrenalina que se introduce luego de pisar un cuadrilátero de pisos de colores. Estar en una lucha contra un oponente –y esta vez- que no es imaginario. Era muy paradójico que un estudiante de taekwondo tenga miedo a la lucha. Los nervios siempre están, pero ya no es ese temor que me hacía dejar de tener ganas de practicar en el momento que se venía la lucha ya sea en la clase o en el examen.
Además con la llegada del sabum Martín pude conocer a otros practicantes de otra escuela e incluso pude asistir a las clases de ellos, porque realizar la actividad con otra gente que no se suele frecuentar incrementa un buen desarrollo de las técnicas. En cambio con un compañero habitual todo se puede tornar previsible. Con ellos fui a torneos y compartí un viaje muy ameno.
También me brindó la posibilidad de continuar con las clases durante los meses de verano, ya que en el lugar donde practico al ser un colegio permanece cerrado durante enero y febrero e incluso diciembre. Pero hoy, continúo entrenándome días antes del examen en el gimnasio junto con los chicos que practican allí. Lo considero importante, ya que tanto ellos como yo nos beneficiamos mutuamente. Ellos aprenden de mí y yo de ellos.
Hoy, diciembre de 2008, me encuentro junto con el sabum Osvaldo Riotti intentado copiar y aprender de él todo lo posible antes de llegar al examen. Sin duda me brindo la confianza y credibilidad que necesitaba y me ha ayudado en esta última instancia antes del examen.
Alcanzar el cinturón negro es un objetivo que me propuse concluir la primera vez que fui a rendir para punta amarilla. Porque quiero terminar aquello que empecé una tarde en el colegio huerto de los Olivos y así poder continuar en este encantador arte que es el Taekwondo.
Pienso -y me considero como tal- que ser un cinturón negro es haber comprendido e internalizado todo lo mencionado anteriormente. No me refiero sólo a los principios que nos ofrece el taekwondo, sino que siento haber alcanzado la madurez y la capacidad de saber que está bien y que no. Es por eso que creo que, en algún punto, todos somos cinturones negros. Es cuestión de sentirlo, de creerlo y de actuar -sobre todas las cosas- como tal en cada momento, ante cualquier giro de la vida.
En definitiva, esta disciplina me trasformó en el ser humano que soy actualmente. Me brinda las herramientas para enfrentar mi vida y ayudar al otro. Esta presente en mí día a día.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Gracias a Rubén García, como diría Clau

El siguiente texto es parte de un trabajo práctico para la materia INTRODUCCIÓN a la INFORMÁTICA, la TELEMÁTICA y TALLER de PROCESAMIENTO de DATOS (no tenía nombre la materia...) y bueno, dado que siento que me costó (algo bastante) le dedicó un posteo justamente al trabajo que más odié porque la redacción era ¡¡¡horrible!!! En fin, ya está, ya pasó. YA sé que lo sé hacer, una experta (no, ni ahí, pero algo sé) en el código HTML, si alguien no lo sabe que me pregunte nomás.




Título:
Inician acciones judiciales a Google

Copete: El motor de búsqueda Google ha sido acusado de ser responsable por los contenidos divulgados en Internet. Los buscadores son solamente intermediarios. Indexan todo lo que hay en la red, cualquier noticia que se encuentre la hacen disponible y son los usuarios quienes deciden qué leer y en qué página entrar.

Texto: Luego de la acusación de ser el responsable por los contenidos en el ciberespacio, Google anunció un evento para hablar sobre el funcionamiento de los buscadores de Internet con el motivo de explicar las respectivas acciones legales indiciadas.
Un motor de búsqueda, como lo es Google, no es responsable por la utilización y los contenidos que se encuentren y luego se vean. Son únicamente intermediarios.
La responsabilidad es del creador del contenido publicado. Por lo tanto, cualquier acción judicial debería dirigirse al creador.
Por otro lado si el dueño del buscador toma posición sobre determinadas cosas se puede pensar que es co-responsable.
Lo único que puede hacer un buscador es retirar el link, pero no su contenido propiamente dicho, ya que es muy probable que se lo encuentre de otra manera. El retiro del link se puede hacer vía judicial o con una solicitud directa y lógica.
Lo claro es que Google es un intermediario y no es el responsable de los contenidos publicados. Entonces, las acciones judiciales que se le iniciaron a Google deberían haber pasado por otra instancia primeramente o haberles solicitado el pedido por otras vías y no directamente iniciando acciones legales contra Google.
Por otro lado, se están llevando a cabo acciones para que en Argentina existan leyes que determinen con más exactitud las responsabilidades de cada uno y cada cual como las hay en Estados Unidos.

Errores de precisión de la noticia original:

-El título finaliza con una afirmación exclamativa (“…¡no maten al mensajero!”) que no hace a la noticia y no aporta nada en absoluto y además resta credibilidad a la noticia que encabeza.
-El artículo está lleno de acotaciones del autor en primera persona que tampoco hacen a la noticia. Algunas en forma de rumor que insinúan a dudar de lo que se está leyendo. Por ejemplo: (* sí, ya sé, nos retrasamos un montón en contarles todo *);
Lo que ‘ta bien, cada uno con su forma…;
Hay algo con lo que estoy completamente de acuerdo con ellos;
A ver, trato de sintetizar porque esto da para laaaaargo y tendido;
(* eso según ellos… hmmm, yo no creo que sea tan complicado;
Ahí, también estoy de acuerdo en que las acciones judiciales;
…ehmmm, ya me parece un poquitín mucho *
-Inventa palabras: “targeteada”
-Utiliza palabras del inglés: “again”, “USA”
-Utiliza jerga dentro de la noticia: “cómo funca,”

Fuentes:
Fabián García