domingo, 12 de abril de 2009

Día de estreno

Habían caminado muchísimo durante toda la tarde. Deseaban tener una ducha fresca, pero antes beber unos cuantos vasos de alguna bebida sin nervios.
Llegaron al departamento de uno de ellos. Estaban agotados y ávidos por estrenar la bañera de él.
Se sumergieron y relajaron. De pronto, diez pícaros jabonosos comenzaron a recorrer todo el cuerpo de ella, quien parecía disfrutarlo mucho.
Se levantaron y dejaron que el agua se llevara toda la espuma blanca que los cubría tanto a él como a ella.
Enseguida una brisa provocó que se cubrieran de un paño verde absorbente. Ambos fueron directo al cuarto de él. Tenían frío. Ella se empezó a vestir, pero él la detuvo.
De nuevo, los diez pícaros curiosos entraron en acción. Comenzaron a caminar sobre ella. Parecían querer sacarle brillo por la manera en que se movían en ese terreno tan delicado y facilmente eréctil.
Los diez la sujetaron fuertemente y la tumbaron a un espacio acolchonado y confortable. Ella no presentaba resistencia, sabía que todo estaba bajo control y que en ese momento sólo quería continuar respirando –quizás tocando- sobre la boca de él.
Estuvieron así tanto tiempo que un líquido salado los cubrió por completo. En ese instante, él se detiene la mira a los ojos y le hace una pregunta. Ella responde: -intentemos.
Luego de escuchar la respuesta de ella, los diez traviesos salieron eyectados a buscar un elemento indispensable para la acción.
Cinco minutos después sólo se oyó un grito de gozo seguido de una sonrisa extrema de ambos.

by NATI